lunes, 21 de marzo de 2011

Lunes 21 de marzo de 2010. El único.

Esta mañana ha sido diferente. El pasado jueves fue al instituto la comercial de Cazcarra, una marca de productos cosméticos que además imparte cursos de imagen personal privados, con el fin de que el centro y las alumnas compraras productos de su firma. En esta visita, su comercial, Angustias, nos invitó a los profesores a la presentación de la nueva línea primavera-verano de maquillaje, y puesto que ninguna de las dos profesoras del departamento podían acudir, me indicaron que fuera yo para que al día siguiente contara a ellas y al resto de alumnas mi experiencia.

He de indicar que para mí esta experiencia de presentación de gama de productos cosméticos no es nueva, puesto que estuve durante 6 meses como redactor de la revista Glamour, donde era invitado constantemente a actos de promoción como parecidos al del día de hoy, con la única diferencia que éste era para profesionales de la imagen personal y los otros para periodistas.

Dicho esto, ante el post que hoy me encuentro no es uno dedicado a un acto de marketing o publicidad, sino uno dedicado a la unicidad de la presencia masculina en el ámbito de la belleza y especialmente la estética. De nuevo he sido el único asistente masculino de esta presentación.

Este acto, aunque repetido (era el único redactor de belleza femenina de las revistas más importantes de este sector, en Andalucía no hay ningún profesor de taller de estética, el 97% de personas que opositan al cuerpo de profesores de F.P. de la rama de Imagen Personal en toda España mientras son mujeres), no deja de tener su significancia.

Es por ello, que ahora que estoy inmerso en el ámbito de la docencia, he de indicar a las alumnas el predominio de las mujeres en este campo, observando y analizando los problemas derivados del marcado sexismo en el sector de la belleza.

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